El diácono fugado - Una historia de Valeria (Especial Doppelgänger 2023)
Cuando llegaron los bomberos, no quedaba ya nada que salvar. El bar había quedado reducido a cenizas. Entre los escombros se encontraron una veintena de cadáveres, todos ellos calcinados, la mayoría desmembrados y uno de los cuerpos, curiosamente, sin cabeza.
Quizás haber entrada a última hora de la noche, a escasas horas del amanecer, arrojando al centro del garito "Mazo & Piedra", como un saco, al gorila noqueado que custodiaba la puerta no había sido la mejor de sus ideas, pero a Valeria detestaba perder el tiempo. Ya había perdido mucho, más de un día, en torturar en la presa del Belesar a Samuel, el segundo al mando del culto.
Seducirle fue tarea fácil. Valeria tenía armas de sobra para ello. Chica joven, dura, con una vestimenta de cuero negro ajustado que resaltaba cada una de las perdiciones de mujeres y hombres. Complementaba su atuendo un atrevido corte de pelo lateral rapado. Un caramelito para un vampiro tan soberbio y estúpido como Samuel. Era de la vieja escuela, de los que se piensan que pueden triunfar con sus artes de seductor de bar barato y trasnochado. Ella le río las gracias, y se seguía riendo cuando un Samuel aterrorizado, colgado como un chorizo de una de las barandillas de la presa, empezaba a abrasarse con las primeras flechas del astro rey.
Mientras tanto, al resguardo de su vestimenta de motorista de cuerpo entero con casco calado, la asesina resistía su segura y segunda muerte, que el sol le hubieses ocasionado también a ella. Escuchó con suma atención todo lo que necesitaba saber antes de que Samuel se deshiciese como papel de fumar. ¡Qué bonitos son los amaneceres!
Según Samuel, el diacono se encontraba oculto en una vieja iglesia desacralizada reconvertida en un bar de encuentro de motoristas. El Mazo & Piedra. Ahí se nutría el culto de viajeros despistados, turistas perdidos y sin techo de toda la región.
Sentarse en la maloliente barra, adornada de mil vomitonas pasadas y servirse ella sola la botella de Jack Daniels ante los incrédulos ojos del barbudo e impotente camarero fue su segunda mala idea, pero la peor fue llamar al diácono oscuro a voces.
—Valeria... ¿Quién si no se atrevería a entrar de este modo tan vulgar en mi local? —bufa nada sorprendido un hombre de largo cabello azabache anudado en una coleta y gafas oscuras rectangulares mientras sale de las sombras. Su rostro duro, atravesado por una cicatriz que le adorna todo el rostro, no le restaba una belleza casi animal. La invitada sorpresa nada esperada, le obsequia con media sonrisa y una ostentosa referencia.
—Ezequiel, ya sabes cómo funciona esto— Valeria bebió otro largo trago de la botella. Entretuvo su mirada en la decoración pagana de la barra. "Qué horror. ¿Velas negras sangrando? No, si hasta tendrán una trastienda con sacos de carne colgando etiquetados como Cosecha del 86 y esas gilipolleces. ¡Qué vulgaridad!", pensó con hastío.
—Vengo a por tu cabeza. No eres de los más estúpidos dentro de los tu calaña, de verdad, me caes bien... pero, ¿De verdad te pensaste que te podías largar de Valdepeñas, llevarte un montón de los secretos de El círculo y refugiarte aquí? Perdón, esconderte como una rata... ¿Aquí? ¿En un garito de sudorosos moteros de mala muerte y peor aspecto de toda Lugo? ¿De verdad pensabas que El Círculo te iba a permitir a ti —Valeria hizo énfasis en la última palabra—otro desbandada como la que perpetró Francisco?
Uno de lo más fornidos integrantes del grupo, Braulio "El oso" se levanta del reservado harto de tanta insolencia, tira la cerveza que está bebiendo y bramando como el mote de su nombre, se acerca a Valeria...
—¿Quién pollas crees que eres, puta?
Valeria se termina la botella de un largo trago. Sonríe y estalla la botella contra la cara del vampiro barman. —Muerte— es su escueta respuesta y tan pronto cómo se había incorporado Braulio cae al suelo con la garganta cercenada.
—Joder, Valeria, los tienes bien puestos. ¿Acaso, niña, sabes cuántos somos? Aun siendo una vampira, no saldrás con vida de aquí. La mitad de aquí también lo somos, y la otra mitad daría la vida para hacer méritos y entrar en nuestro grupo. ¿Desde cuándo eres tan estúpida? —dice el diacono sentándose tranquilamente en una cercana silla.
—Guapito de cara, vamos a dejarnos de cháchara, hazte el indignado un rato más y terminamos de hacer el tonto. Llevo todo el maldito día conduciendo en moto y tengo el culo al rojo vivo. Mira, me propones uno de tus tratos o estúpidos jueguecitos, me da igual cómo los llames ahora. Tus condiciones. Yo las acepto. Te mato. Tu novio te llora. Mato a tu novio por pesado y por elegir fatal a sus parejas. Me largo con tu cabeza bajo el brazo. Fin.
¿Tienes tú los huevos o soy yo la única de todo el garito aquí que los tiene?
Más y más miembros se empiezan a indignarse. "¿Quién es esa puta y cómo se atreve a hablarle de ese modo, en su propia casa, al diácono negro?".
El diácono es un volcán en erupción. Valeria ha jugado bien sus cartas, le ha metido en un lío. Ahora sabiendo sus lacayos de su predisposición a los juegos, no puede matarla sin más. Quedaría como un cobarde sin honor, cómo un mierda asustado. Tiene que jugar y darle una puta oportunidad para que pueda salir con vida.
—De acuerdo, muy fácil. Jugaremos —replica Ezequiel levantándose de sus asiento y desprendiéndose de sus chaqueta. Traed un neumático de camión y ponedlo al centro, en el suelo.
Valeria se está sirviendo una segunda botella y asiente aburrida con varios ajás.
—Cada uno de nosotros portará un cuchillo en una mano y la otra mano estará atada a la muñeca del contrincante. Uno de nuestros pies estará en el centro del neumático y no podrá salir de ahí, bajo riesgo de perder. El resto del cuerpo podrá moverse a su antojo. Pierde el primero que saque la pierna o muere por las puñaladas... obvio. ¿Tenemos un trato?
Valeria se apura la segunda botella, y de un grácil salto abandona el taburete que cae torpemente a un lado, echa la chaqueta de cuero al suelo y se queda en una muy sucia camisa sin mangas amarillenta frente a todos. Sus brazos, musculados están adornados con multitud de tatuajes y cicatrices, a cada cual más salvaje.
—Vamos —es su respuesta acompañado de un leve eructo.
Les anudan las muñecas y les arman con los cuchillos rituales de empuñadura marfileña. Tanto ella como Ezequiel se deciden por la pierna derecha al centro del neumático. Se miran a los ojos, El diácono está visiblemente molesto con la situación no deseada y ella, en cambio, parece sumamente excitada.
Los vampiros son, al contrario que los Golems u otros seres de la noche, sumamente ágiles y a los espectadores no vampirizados le estaba costando un horror seguir el baile mortal de Valeria y el diácono.
El primer corte en el hombre se lo llevó Valeria. El segundo menos doloroso, sesgó su muslo y el tercero araño su mejilla. Ella en cambio no había podido aún ni rozarle. Ezequiel empezaba a divertirse.
—Quizás debería haber bebido algo menos —pensó Valeria, percatándose que estaba siendo menos efectiva que su contrincante, y que sólo ha estado lanzando torpes puñaladas al aire y que estaba perdiendo. El diácono se percata del momento de reflexión de Valeria y aprovecha para clavarle con ambas manos el cuchillo en la parte derecha del torso, directo al corazón.
Valeria sorprendida empieza a escupir sangre y tambalearse. Ezequiel seguro de su victoria, cercena la cuerda que los ata para evitar que el peso muerto de Valeria le arrastre después al suelo. El enloquecido público no para de vitorear a su campeón... para enmudecer pocos segundos después.
Valeria sigue de pie. Ezequiel se gira atónito. No es posible. Ningún vampiro resiste una estocada en el corazón. Ninguno. Valeria empieza a silbar con toda la tranquilidad del mundo e introduciendo sus dedos entre la empuñadura y su pecho, retira el ensangrentado cuchillo. Lo lanza al aire, dónde su trayectoria es seguida por cada uno de los presentes y al volver a la altura de su pecho, la asesino de cuero negro le atiza una potente patada lateral que lo lanza directo al corazón de Ezequiel, donde quedo enterrado hasta la empuñadura. El diácono, con la boca desencajada de terror, muere al instante.
—Cosas de tener el corazón a la izquierda y no como yo, a la derecha —se congratula Valeria.
Los miembros no dan crédito a sus ojos y se lanzan a tropel a por ella. Sin orden ni concierto.
—Por fin algo de acción— piensa sumamente satisfecha.
Diez minutos después, la asesina, cubierta de grumosa sangre se está encendiendo un cigarrillo en la barra. A su derecha, la cabeza cercenada de Ezequiel. La verdad que ahora, no desentona con las velas.
—¿Oye, de verdad, te pensabas salir con la tuya? ¿No dices nada? Siempre fuiste un coñazo para entablar conversación.
La cabeza ladeada de Ezequiel parece beber de la barra. Valeria le ofrece un pitillo.
—¿No? Pues nos vamos.
Se termina el pitillo, y al salir del garito lanza el zippo al interior. En su mano lleva agarrada de la coleta, la cabeza del diácono. La tira al fondo de la mochila lateral de su Harley y ya estando a algo menos de un kilómetro, oye la primera explosión. Sonríe y pisa el pedal a fondo, aún le quedan muchas horas de carretera y está amaneciendo.
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Gracias especiales a Klaus por las sabias correcciones.
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Excelente aproximación al personaje de Valeria (de Beto). Bien relato. 👍
ResponderEliminarMe ha encantado escribir sobre Valeria. Un personaje muy potente de Alberto. Gracias por dejarnos jugar con sus juguetes.
ResponderEliminarMe hubiese encantado escribir un relato erótico de Valeria. Me pone muchísimo. Sexo y Muerte maridan muy bien. Enhorabuena por el proyecto.
ResponderEliminarQue otra persona siga creando sobre lo que uno ha imaginado, es una muestra de cariño hacia el personaje y la historia que nunca hubiera imaginado. Gracias infinitas por este trabajo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Ahora tendré que leer el original 😂. Alberto, ¿está publicado aquí en el blog? Muy chulo Luis
ResponderEliminarBeto, que es un vendido al capital, no tiene nada de su primer libro gratis en el blog 😂. A ver si se anima y pone algo por aquí.
Eliminar😂😂😂😂
EliminarEl vendido al capital les informa que, en la sección TIENDA, hay un archivo GRATIS para descargar con formato EPub y PDF donde, además de otro relato con Valeria, hay otros relatos de los componentes del blog.
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