Es James Gunn una  rara avis en el mundo cinematográfico superheroico.  Posee un sentido del humor negro, es irreverente y  bastante gráfico en las escenas violentas. No parece la opción más adecuada para una película de superhéroes familiares y causó cierta incomodidad en Disney cuando le encargaron realizar la película Guardianes de la Galaxia.  La casa del ratón es bien conocida por tener "atados creativamente" a todo aquellos que participan en sus metrajes. El resultado fue una divertidísima película aplaudida por la crítica y por los espectadores. Por supuesto, enseguida le dieron luz verde para dirigir y guionizar la continuación que llegó tres años más tarde. Recaudó más que la anterior, recibiendo elogios en muchos aspectos tales como su humor, efectos visuales, reparto y banda sonora.      Pero a raíz de unos infortunados tuits de Gunn, de 2008 y 2009, fue despedido de Disney y la tercera parte de Gu...