El libro maldito - Klaus Fernández (Mes antológico Cthulhu)

El plan era sumamente sencillo. Y todos los sencillos son los más difíciles de llevar a cabo. Sobre todo, si te llamas Max y Rufino. Entonces tienes muchas papeletas para que te vaya mal todo. TODO. Pero para eso Max también tenía más planes: el plan B, el C, el Z, el Alfa, el Gamma, el de Chistorras con callos... perdón, el último era una receta. El plan sólo consistía en entrar en la casa, coger el libro y salir. Tras unos setos, Max observaba con unos prismáticos al gato guardián que rondaba por el jardín. El gato se tumbaba, jugaba con una pelota, se arrascaba con la hierba, se lamía los bajos y miraba con melancolía a la lejanía. ¡Cómo disimulaba el condenado! ¡Qué mirada tan fiera! ¡Qué porte tan regio de pura maldad! — ¿Por qué se veía todo tan lejos y desenfocado? —preguntaba maldiciendo Max. Rufino le miró, le cogió los prismáticos, los giró y se los puso en la posición correcta. El gato Tico, que pareció oír la conversación, los miraba fijamente a...