Mobland: cuando la familia es la mafia (serie de televisión)
¿De qué va Mobland?
Mobland es un salvaje retrato del crimen organizado británico donde las reglas cambian cada cinco minutos y la lealtad es un concepto negociable. La serie nos mete de lleno en los negocios —y desastres— de los Harrigan, una familia mafiosa donde los vínculos de sangre son tan fuertes como la posibilidad constante de apuñalarse por la espalda. El centro de operaciones es la mansión familiar como si fueran de la añeja nobleza inglesa. Sin embargo, proceden del lumpen irlandés. Cada episodio es un estallido de tensión que se corta en el punto más alto, dejándote literalmente al borde del asiento.
👥 Los Harrigan: la mafia vive en la campiña inglesa.
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Conrad Harrigan (Pierce Brosnan) — El patriarca. Un capo clásico que combina carisma, sonrisa de tiburón y una amenaza constante tras cada palabra amable. ¿Es un gran estratega o un tipo que funciona a impulsos y que sigue en la cumbre por las personas que trabajan para él? Más bien lo segundo. El viejo león que se niega a ser reemplazado.
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Maeve Harrigan (Helen Mirren) — La matriarca. Mucho más que la esposa de Conrad. Maeve es el verdadero cerebro en la sombra, fría, calculadora y capaz de maniobrar con una elegancia que asusta. Cuando ella habla, todos callan. Manipuladora hasta decir basta, llegas a odiarla.
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Kevin Harrigan (Paddy Considine) — El heredero oficial. El hermano mayor, Brendan es un pobre tipo que no da una a derechas, no tiene madera de gángster. Sin embargo, Kevin sí ha estado en la cárcel, tiene madera de líder y es el mejor amigo de Harry. De su mano Harry entra en la familia. Así y todo es un títere para todo el mundo: su hijo, su mujer, su padre... Todos le sobrepasan.
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Seraphina Harrigan — La hija ilegítima, una ficha extraña en el tablero. Inteligente y leal a la familia, pero sabe que nunca está a salvo porque Maeve la tiene enfilada. Es la prueba constante de la traición de Conrad en su casa.
Harry Da Souza (Tom Hardy) — Mano derecha del clan y probablemente el personaje más hipnótico, verdadero protagonista de toda la serie. Es la encarnación de la templanza. Nunca una voz más alta, nunca un gesto de más. Mientras todos gritan, negocian y se amenazan, Harry observa, calcula y, cuando actúa, lo hace con una precisión quirúrgica. Su frialdad es su arma más letal.
Entre Gangs of London, Guy Ritchie y algo más
Mobland hereda mucho del modelo de Gangs of London: la violencia estilizada, los clanes criminales cruzados y el vértigo narrativo donde cada capítulo es más intenso que el anterior. Pero, a diferencia de aquella solemnidad casi trágica, aquí hay un guiño constante al universo cinematográfico de Guy Ritchie: personajes estrafalarios, diálogos afilados, situaciones tan delirantes como peligrosas y esa fauna criminal que mezcla mafiosos, estafadores, gitanos navajeros y sicarios con más estilo que sentido común.
La serie es un equilibrio entre la brutalidad y el humor negro, entre lo grotesco y lo magnético. Los Harrigan no son una familia al uso; son un polvorín envuelto en apariencias de civilización.
🔥 Conclusión
Mobland no trata solo de crimen. Trata de familias disfuncionales, de juegos de poder, de lealtades que se rompen y se recomponen según sople el viento. Y sobre todo, trata de personajes inolvidables. Cada uno más excéntrico, más histriónico y más fascinante que el anterior.
En un panorama saturado de ficciones criminales, Mobland no solo sobrevive: destaca, se impone y te engancha... y no te suelta.
Gracias por la reseña.
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