Muerte de la luz - George R.R. Martin
Worlorn es un planeta semiabandonado. Parto de la idea de que todo el mundo conoce las exposiciones universales. Una ciudad que se postula como el centro donde todos los países vienen a mostrar lo más representativo de su cultura, tecnología, arte... Pues haceros a la idea de que eso se plantea en un planeta entero: eso es Worlorn. Un escaparate para toda la galaxia. Un mundo efímero como lo es una feria, el planeta está condenado a desaparecer porque se está saliendo de la órbita del sol que permite la vida en él.
El sol es una gigante estrella roja rodeada de varias enanas blancas. También es un sol moribundo.
Dirk T´larien recibe una piedra, el mensaje que porta es que debe hacer honor al cumplimiento de una promesa, su antiguo amor Gwen Delvano necesita su ayuda. Con la idea de recuperar el amor perdido Dirk visita el mundo de Worlorn. Sus ciudades abandonadas solo las habitan algunos nostálgicos de su belleza, aventureros y turistas.
Nostalgia es lo que rezuma de forma continua este texto de George R.R. Martin. El mundo que se muere, la estrella que se apaga, el amor que fue, las culturas que se pierden y se olvidan.
Lo más memorable de la novela es cómo RR desarrolla la cultura Kavalar. Sus tradiciones, historia, leyendas y una sociología que no puede dejarte indiferente. Muy marcada por la violencia, la posesión y el honor más rancio que puedas imaginar. Aplaudo el esfuerzo por generar una sociología muy novedosa, una forma de relaciones entre personas original y que está cosido al desarrollo de la trama. La cultura Kavalar es otro personaje en sí que desfallece, que está en las últimas y se reconoce herida.
RR narra muy bien, con buen ritmo. No dejan de sucederse episodios con acción y otros más descriptivos. Sin embargo el tono tan melancólico y apagado del contenido merma su marcha. Es un buen libro de ciencia ficción, pero que tampoco me ha llegado a encantar.⭐⭐⭐
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