Un guijarro en el cielo (Ciclo de las Fundaciones) - Isaac Asimov
Un guijarro en el cielo (1950) es la primera novela del famoso Asimov. Lo cierto es que no nació como novela sino como un relato corto en el 47. De manera posterior, le pidieron que aumentara el número de palabras hasta unas 70.000 para poder darle el formato de novela. En efecto, una historia que se podía haber contado con menos palabras se infló para poder venderla.
¿Cuántos autores u obras conoces a los que se les podría achacar esto? Pero claro, el intocable Asimov no nos haría eso. Pues sí. Lo hizo. Y por el módico precio de 250$ de la época. En wikipedia dice que le dieron 150, más 350 por terminarlo. Me he molestado en verificar la cifra.
El libro pertenecería al universo de La Fundación. Se hacen referencias a Trantor, capital del Imperio y otras cuestiones relacionadas con esa serie. No temáis, se puede leer de manera independiente porque aunque pertenezca a ese universo, no influye en la historia y es un relato cerrado, sin más partes.
¿De qué va este, entonces?
Schwartz, un sastre jubilado del siglo XX es transportado (no me queda claro cómo ni por qué) miles de años al futuro. La Tierra, aunque no es algo que se afirme de forma categórica durante el texto, ha sido arrasada por un conflicto nuclear. Los mermados habitantes de la Tierra conviven con la radiactividad.
El afamado arqueólogo imperial Arvardan está convencido de que los habitantes de la Tierra son los humanos originales. Con el propósito de confirmar sus teorías, contrarias a la tradición y al sentimiento antiterrícola reinante en el universo, viaja a la Tierra.
El físico terrestre Affret Shekt parece un aliado perfecto para ello. Coincide en sus teorías y además ha construido un aparato llamado sinapsificador, un potenciador del aprendizaje para hacer a las personas más inteligentes.
Pola Shekt, la hija del científico terrestre no es mas que el contrapunto femenino en la historia. Poco más sabemos de ella aparte de que es guapa y que Arvardan le ha echado el ojo. Y ante eso no hay que discutir. Arvardan es guapo, listo y de mandíbula cuadrada, un héroe arquetípico de los años que le tocan. Bueno hasta cuando no toca.
Todos los personajes son arquetípicos. Ennius, el Procurador del Imperio en la Tierra, es como Poncio Pilatos ante Jesucristo. Cuando le traen a Arvardan para juzgarle lo que hace es prácticamente lavarse las manos.
Asimov tiene el buen tino de no hacer buenos o malos según la raza, la religión o su origen geográfico. Hay buenos y malos tanto en el Imperio como en la Tierra. Las personas no buenas o malas por sí mismas sino por la agregación a una ideología, a su religión. Esta es la que hace que sus pasiones guíen sus actos morales.
⭐⭐⭐⭐
Gracias por tan estupenda reseña.
ResponderEliminarPues éste es de los pocos que no me he leído. Tendré que poner remedio a eso
ResponderEliminarTiene su punto histórico en la trayectoria de Asimov, de ahí las 4 estrellas. Cómo historia tampoco es que sea una maravilla. Gracias por pasarte y comentar.
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