Hadas, brujas y hombres lobo en la Edad Media. Historia del doble - Claude Lecouteux
Normalmente no me pongo a reseñar libros de no-ficción como este, pero las fechas mandan. La cercanía a Halloween me ha hecho tirar a un estudio serio de por qué nos llaman la atención estas cosas. He encontrado en el medievalista Claude Lecouteux a alguien que explora las creencias populares medievales sobre seres como las hadas, brujas, hombres lobo, espíritus y almas errantes, interpretándolas no tanto como supersticiones aisladas, sino como manifestaciones de una idiosincrasia coherente basada en la idea del “Doble” o desdoblamiento del ser humano.
La teoría del DobleSegún Lecouteux, en la época medieval (aunque su corpus abarca ejemplos anteriores y posteriores) el ser humano no era visto como una unidad indivisible. No se queda con el concepto más familiar de cuerpo y alma cristianos, sino que rastrea su origen en concepciones más antiguas. A muchos os sonará el doppelgänger, pero Lecouteux rescata también nociones menos conocidas como la fylgja normánica o el fetch anglosajón: entidades espirituales que acompañan al individuo y que pueden separarse de él. Estas fylgjas, por ejemplo, se asemejan a las hadas célticas, protectoras invisibles que guían o advierten a los vivos; en conjunto, recuerdan mucho al ángel custodio cristiano.
El ser humano es, por tanto, un ser compuesto: cuerpo y varios principios anímicos. Este Doble podía separarse del cuerpo durante el sueño, el trance o la muerte, y era el responsable de los fenómenos que hoy llamaríamos “sobrenaturales”.
Por ejemplo:
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Las brujas y los chamanes “viajaban” en espíritu mientras su cuerpo permanecía dormido.
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Los hombres lobo no se transformaban físicamente, sino que era su Doble quien asumía la forma animal.
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Las hadas y ciertos espíritus serían manifestaciones o proyecciones de ese mundo invisible, paralelo al de los vivos.
El Doble, en general, es invisible, aunque puede manifestarse en forma animal o humana. En muchas leyendas, su aparición anuncia una muerte inminente, como cuando alguien recibe en sueños la visita de una persona que acaba de morir en aquel instante. En otras historias, el espíritu que se ha desprendido no puede regresar al cuerpo porque este yace boca abajo, motivo por el cual algunas tradiciones recomiendan evitar esa postura al dormir.
Enfoque histórico y antropológicoLecouteux se apoya en una amplia gama de fuentes medievales —crónicas, archivos eclesiásticos, cuentos populares, tratados demonológicos e incluso sentencias judiciales— para reconstruir esta visión del alma múltiple, mostrando cómo la cristianización reinterpretó y reprimió muchas de estas ideas, considerándolas demoníacas. No se negaba su existencia: se las atribuía al diablo.
El ámbito del estudio es eminentemente europeo, con especial atención al mundo germánico y escandinavo, aunque también hay ejemplos latinos que muestran la continuidad de la creencia en el Doble desde la Antigüedad hasta el folklore moderno. En estos textos encontramos incluso detalles fascinantes: el Doble puede abandonar el cuerpo en forma zoomorfa —moscas, insectos, un ratón o una serpiente— que salen por la boca del durmiente. Cuando estas manifestaciones se aceptan, son protectoras; cuando se demonizan, se degradan, por ejemplo, haciendo que el alma escape por el ano.
Sombras, fantasmas y metamorfosisUno de los temas más sugerentes del libro es la asimilación de la sombra al alma. Esta idea explicaría por qué se creía que los muertos, los brujos y las brujas no tienen sombra, y también supersticiones como la de que, si nuestra sombra cae sobre un muerto, nos convertiremos en vampiros. La sombra, al igual que el Doble, se separa del cuerpo, y cuando este muere, el Doble no muere con él: de ahí la explicación de los fantasmas, los aparecidos y el origen mismo de la necromancia.
El Doble es mutable: puede transformarse en animal o adoptar la apariencia de otra persona. En esa plasticidad se encuentra la raíz de las leyendas de hombres lobo, de metamorfosis y de los viajes extáticos de brujas, magos, santos y místicos, cuyos cuerpos dormían mientras su espíritu recorría otros mundos.
Herencias y transmisiones del poderLas capacidades chamánicas o de desdoblamiento se heredan: pertenecen a ciertos clanes o pueden transferirse de modo fortuito, por ejemplo, si alguien duerme sobre la tumba de un chamán. En otros casos, el poder nace desde el nacimiento: nacer con cofia, es decir, con la bolsa amniótica intacta, es señal de suerte, protección y de dones especiales.
También resulta curioso que, en los textos escandinavos, las hadas apenas aparezcan fuera de las adaptaciones francesas; en cambio, es común el tema del animal conductor —una figura guía que, en realidad, es la manifestación del Doble zoomorfo del héroe—. En muchas tradiciones, esa guía puede adoptar forma femenina: la esposa natural, una derivación clara del concepto del Doble protector. De ahí al ángel de la guarda hay un paso.
En definitiva, es un libro muy interesante para ver de donde nacen muchos de los textos de los que se nutre la ficción sobrenatural actual. No nos hemos inventado nada😁.
Muy interesante análisis. Gracias.
ResponderEliminarGracias Beto, buen análisis.
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