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¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! - Harry Harrison

 

¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! (Make room! make room!) es una novela de ciencia ficción distópica del escritor Harry Harrison del año 1966 más conocida bajo el espantoso título adoptado por su versión cinematográfica estadounidense de Hasta que el destino nos alcance (en el original Soylent Green) de Richard Fleischer de 1973 y protagonizada Charlton Heston, Edward G. Robinson y Leigh Taylor-Young.

¿De qué va esta novela?

Lunes, 9 de agosto de 1999. El siglo está en sus postrimerías.

Nueva York posee una población de 35 millones de seres humanos. 

Viven hacinados en las casas, en los cementerios de coches que en otro tiempo fueron aparcamientos, en los viejos barcos anclados a orillas del Hudson, en los depósitos militares cerrados hace mucho... y algunos ni siquiera tienen un techo donde guarecerse y viven en las calles. El petróleo se ha agotado, los vegetales se están acabando, la carne es un artículo de lujo, la gente vive a base de galletas y sucedáneos extraídos del mar y el agua está racionada: cualquier accidente puede romper este precario equilibrio.

Es aquí donde encontramos a Andrew Rusch, un policía cuyo trabajo es investigar los crímenes que se producen a diario en Nueva York, pero también cargar contra las muchedumbres que simplemente piden comida y agua. Sin embargo, en ese miserable mundo, que puede ser el nuestro dentro de unos años, en el que todo escasea excepto la necesidad, ni siquiera la policía tiene efectivos suficientes para llevar a cabo su trabajo.

¿Quién era Harry Harrison?

Harry Harrison, cuyo nombre real es Henry Maxwell Dempsey nació en Stamford, Connecticut el 12 de marzo de 1925 y fallecería el 15 de agosto de 2012. 

Harrison fue un escritor, ideolingüista y esperantista estadounidense autor de ciencia ficción. Colaboró en varias revistas, por ejemplo, como por ejemplo durante el primer ciclo de Venture Science Fiction.​

Fue destacado impulsor del esperanto, tanto que este lenguaje aparece en sus novelas y especialmente en las series Stainless Steel Rat y Deathworld.

Harry Max Harrison (2008).

Curiosidades:
  • En la novela, la palabra soylent se supone que hace referencia a la soja (soybeans) y a las lentejas (lentils).
  • El título del largometraje y de la novela en alemán es incluso más horroroso que el castellano (Año 2022, los que quieren sobrevivir).
  • Harry Harrison afirmó que la idea para la novela se la dio un indio en 1946 que conoció tras de la guerra. Le dijo: «La superpoblación es el gran problema que se avecina en el mundo» (nadie había oído hablar de ello en aquella época) y añadió: "¿Quieres ganar mucho dinero, Harry? Tienes que importar anticonceptivos de látex a la India». No me importaba ganar dinero, ¡pero no quería ser el rey del látex de la India!».
  • Varios años después de escribir la novela, Harrison creó el relato corto Roommates (1971), en gran parte uniendo extractos de la novela. Harrison describió el impulso y la creación del relato corto en su introducción al mismo en The Best of Harry Harrison. Relata cómo le pidieron un extracto para reimprimirlo, pero que no creía que ningún extracto sencillo pudiera funcionar por sí solo. Así que tomó varias escenas de la trama de Roommates y las combinó en el cuento.
  • Harrison, por su parte, no quedó muy satisfecho con la película. Aunque reconoció que tenía un tono potente y que Charlton Heston hizo un buen trabajo, criticó que Hollywood cambiara completamente el mensaje del libro reemplazando la crítica social por un truco de guion (la famosa frase al final del largometraje). En su novela su enfoque era más realista y político, centrado en la desigualdad, la corrupción y la escasez de recursos.
Diferencias entre el libro y el largometraje (¡ojo spoilers!)
  • El libro se centra en la superpoblación y el agotamiento de recursos. Es una crítica social sin apenas elementos fantásticos ni conspiraciones. Describe la vida miserable en un Nueva York de 35 millones de habitantes, el hacinamiento, la corrupción y la desesperanza.
  • En la película se añade un giro de distopía caníbal (el famoso Soylent Green is people) que no existe en el libro. Más policial y apocalíptica. Mezcla ciencia ficción, thriller y denuncia ecológica, con un tono más melodramático.
  • El libro el protagonsita Andy Rusch es un policía honesto pero resignado. No descubre ningún secreto; simplemente sobrevive en un mundo sin espacio ni recursos.  Soylent es solo una marca de comida sintética hecha de soja y lentejas.
  • En el largometraje Frank Thorn (Charlton Heston) es un policía que investiga un asesinato y termina descubriendo el secreto de los alimentos. Es más, un héroe trágico. Aquí Soylent es un producto industrial hecho de cadáveres humanos, un cambio radical inventado para el guion.
Un cártel impactante cinematográfico que nada tiene que ver con la novela.

Valoración: ⭐⭐⭐⭐ de 5.

Antes de desglosar las muchas virtudes de este desesperanzador libro quiero añadir otra curiosidad del largometraje. Fue la primera película (estamos hablando del lejanísimo 1973) en mostrar un videojuego. No está nada mal.

Vamos al lío.

Había visto la película hace bastante tiempo y animado por su interesante premisa, me lancé a leer la novela. 

Buena decisión, aunque lo que me he encontrado dista muchísimo de lo que me esperaba.

Me he encontrado con una crítica feroz a la corrupción, al abuso de poder, a los recursos finitos y el miedo a la superpoblación. Hay escasez de alimentos, el agua está racionada, el calor es insoportable.

Y lo que es peor de todo, salvo el personaje de Sol, los demás protagonistas han aceptado su destino y no hacen nada para cambiarlo. Su discurso sobre la culpabilidad de la Iglesia católica en el (des)control de la natalidad es brutal.

Los personajes no son ni malos ni buenos, sobreviven a duras penas en esta Nueva York a punto de entrar en el año 2000 (¿A alguien le suena la magnífica Días extraños de Kathryn Bigelow del año 1995?)

Hay mucha crítica social en esta novela, pero se agradece que el autor no nos sermonee con ella, nos la muestra y nos deja con el muerto encima de la mesa.

A pesar de sus múltiples virtudes, la trama del asesinato de Big Mike queda algo deslavazada y da la sensación que el autor no sabe cómo encajar el personaje de Billy Chung en la novela. Aparece un poco al principio, algo al final y después lo matan. 

Tampoco entiendo la inclusión del LSD. Que la tome Chung no aporta nada a la novela. ¿Entonces para qué mencionarlo? (La famosa regla narrativa de el rifle de Chéjov).

Novela dura, durísima donde los personajes harán lo que haga falta para sobrevivir (prostituirse, por ejemplo), donde no hay héroes ni villanos, donde la injusticia está a la orden del día y sin un Happy End. ¿Qué más se le puede pedir a una novela distópica?

Si esta novela se hubiese escrito en un entorno y escenario tipo Blade Runner o si la hubiese escrito Philip K. Dick, Arthur C. Clarke o Isaac Asimov sería muchísimo más conocida. Una lástima.

Y no, no se echa de menos la famosa frase de que el Soylent Green es gente puesto que la novela versa de otra cosa muy distinta; el miedo al hacinamiento y la extinción de los recursos naturales. Casi nada.

Os dejo el tráiler original de la adaptación cinematográfica de Richard Fleischer.


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