La ruta - Miguel Ángel Sánchez Ampuero

Reconozco que estuve a punto de abandonar la lectura debido a las erratas, a una puntuación confusa y unos saltos en la narración que me desconcertaban. Me decidí a continuar con el espectáculo de magia, sin fijarme en las manos del prestidigitador y me he dejado envolver por la historia.

No sé si podemos salvar el relato con dos ⭐⭐ por conseguir que me dejara caer en el recuerdo, malos-buenos tiempos en los que un estúpido jovenzuelo da brincos pretendiendo conocer el mundo.

Lo mismo que me hace querer el relato, hace que no me sumerja en él. Los personajes no pueden ser terminales de Wikipedia dispuestos a lanzar datos sobre una época. Y eso es lo que hay que agradecerle al relato, convertirse (creo que sin pretenderlo) en un cuadro costumbrista, en una crónica social de un pasado cercano.

Pepe Ampuero es un detective privado con una licencia a estrenar. Le ofrecen un caso para buscar a una persona. Todo se complica y nadie es lo que parece en un principio. El personaje (el escritor) cree tener un atractivo para las mujeres que no se desprende para nada de la narración. Tal como un Indiana Jones, que no tiene nada que ver en la resolución de los hechos, las situaciones pasan porque sí, sin que el protagonista tenga ningún tipo de influencia en provocarlas o modificarlas. La resolución de la trama es un deux ex machina de libro.

Una historia ambientada en una ruta del Bakalao ya en declive: Barraca, Chocolate, Spook, ACTV, The Heaven; aparece incluso Attica, uno de los lugares desde donde podía partir la susodicha ruta para los que vivíamos en Madrid y alrededores.

Una buena historia, en cualquier caso, que yo me he leído en una mañana.

***Atención Spoiler***

Bien traída la referencia velada al caso Alcasser en el que unas niñas habían desaparecido y luego fueron encontradas muertas.

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