The Expanse. En una galaxia nada lejana.

La trama comienza en la temporada 1 con una situación un tanto doméstica: un detective se encarga de la desaparición de una chica. La historia va ganando en complejidad hasta convertirse en una auténtica Space Opera de las dimensiones de otros universos de la ciencia ficción conocidos: las clásicas sagas de Star Wars o Star Trek por poner un ejemplo conocido por todo el mundo.

Space Opera se suele denominar a las tramas que mezclan el género de aventuras con los escenarios propios del espacio. Naves espaciales, distintos planetas y razas. Ya estamos acostumbrados a que en las sagas clásicas aparezcan humanoides de distintos tipos y colores que se supone viven a años luz de nosotros.

Lo que marca la diferencia de una serie como The Expanse con las demás es que se toman la ciencia ficción en serio. Mientras que en la saga Star Wars parece darles lo mismo acogerse a la lógica científica en The Expanse encontramos que se han cuidado los detalles. Cuestión que, al menos yo, agradezco. 

Mientras en Star Wars o Star Trek aparecen mundos que no existen, The Expanse se desarrolla en nuestra propia galaxia. La Tierra está superpoblada, con la Luna colonizada. Marte es una potencia militar independiente, con unos tintes espartanos que no esconden; y la tercera fuerza en discordia son los Cinturinos (Belters), que pueblan los asteroides más alejados de la Tierra y estaciones mineras en el exterior más alejado de la Galaxia. La Tierra se caracteriza por ser el mundo original, donde está anclado el poder más rancio, Marte tiene una filosofía espartana y militarista; los cinturinos están disgregados, son considerados parias y ciudadanos de 3ª.

En ese gusto por cuidar el detalle, sobre todo en la primera temporada, los cinturinos son personas más delgadas, esbeltas, acostumbradas a vivir en entornos con gravedad débil o nula. Las naves utilizan una propulsión esperada sin inventos, se propulsan utilizando una trayectoria gravitacional, es decir, con la tracción gravitatoria esperable de la influencia de planetas y asteroides ante un objeto de menor tamaño como es una nave. Cuando alguien bebe en la luna, el líquido de su vaso va más lento. Cuando disparan a alguien dentro de las naves la sangre burbujea y no salpica. Por supuesto no caen al suelo, se quedan flotando donde han muerto. Las naves no explotan porque no hay oxígeno en el vacío del espacio.

En fin, toda la trama es un Juego de Tronos que se desarrolla en el espacio conocido. El único alienígena es una molécula que causa bastantes problemas pero ahí ya no me meto para no hacer spoilers innecesarios. Los personajes están muy bien llevados, son humanos, fallan, toman malas decisiones, cometen errores y ninguno lo tiene fácil en su papel. Serie de ⭐⭐⭐⭐⭐ que recomiendo ver en Versión Original para poder apreciar los distintos acentos dependiendo de la procedencia de los personajes.

Mi personaje favorito en la serie es sin duda el de Chrisjen Avasarala interpretado por Shohreh Aghdashloo. Mujer fuerte, dirigente de la Tierra, más lista que los ratones coloraos.

Amazon se hizo cargo de las dos últimas temporadas y ya han confirmado una más a la 5ª que acaba de terminar.

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