La rueda celeste - Ursula K. Le Guin

En algún reportaje o reseña he leído que ponían a Ursula K. Le Guin (1929-2018) como la Gran Dama de la Ciencia Ficción. Tenía muchas ganas de leer algo suyo por la cantidad de buenas referencias que había en prensa y redes sociales sobre ella. No solo recibió multitud de premios académicos por sus obras en Ciencia-Ficción y Fantasía sino, también, muchos otros de sus propios compañeros escritores. Un mago de Terramar, es la base de una saga tan importante como Harry Potter. El superventas Neil Gaiman se reconoce como deudor de su obra. Supongo que las expectativas estaban tan altas que me he desinflado un poco leyendo este libro. Más adelante quizá lea algo más suyo pero, la verdad, es que no me quedo con ganas de más como te ocurre cuando descubres a una autora que te cautiva de verdad.

Ursula K. Le Guin

George, un hombre con problemas de sueño es forzado a acudir a terapia con el doctor Haber por haber consumido más medicación para el sueño de la autorizada. Haber tiene una máquina desarrollada por él mismo que le permite inducir los sueños a sus pacientes. El problema de George son lo que él llama sueños efectivos, sueños que se convierten en realidad. Haber termina por inducir sueños para su propio beneficio y lo que él cree que son beneficios para la humanidad.

El lenguaje científico inventado en su mayor parte por la autora se hace pesado, innecesario y no me aporta nada a la narración o a la historia. Al contrario, los mundos que se van formando no me parecen suficientemente descritos. La acción es casi inexistente porque el relato se basa en horas de terapia en la consulta, lo cual, para mí, me resulta insufrible. La absoluta novedad y la abrumadora capacidad creativa de la autora es lo único que me ha motivado a seguir adelante hasta terminarlo. Que tampoco termina bien. Es un fin de y te lo comes con patatas.

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