G.E.O. Más allá del límite

Quizá esperas ver un docu-reality como el consabido “Policías en acción” pero con mucha más adrenalina de por medio porque estamos hablando del grupo con más capacidad operativa de nuestro país. Nada más lejos de lo que nos ofrece esta serie documental.

Lo que tenemos es un gran documento humano y emocional. Trata del curso selectivo que forma a los policías que quieren ingresar en el selecto grupo del GEO. De los 100 que empiezan el curso solo 12 llegan al final. Como dice Pelayo en el propio documental “No tengo una cuota, no tengo un número. Si al final tengo que decir cero, lo diré. No todo el mundo vale para esto”.

Y de eso va la docuserie. Es un magnífico manual de motivación, de liderazgo, de sacrificio, de cohesión de grupo. Cuando vemos al Inspector Pelayo, el director del curso, hablando con dureza a sus alumnos, no nos resulta desagradable u ofensivo. Está mostrando la realidad del trabajo. Duro, muy duro. Tiene una gran capacidad para empatizar con lo que pasa en el grupo. Un ejemplo de lo que es un líder. Cuando se enfrentan a un castigo porque algo ha salido mal, él se incluye, “porque cuando uno falla lo sufrimos todos, porque todos somos un grupo”. No se excluye, es un jefe que también es parte del grupo.

Como éste, muchos otros detalles en la serie, contribuyen a que el Inspector Pelayo tenga un peso increíble en la pantalla. Su comunicación no verbal, su presencia física, su empatía, sus órdenes con criterio, el ejemplo que supone; lo hace siempre cercano a sus hombres.

La persona está tan ajustada al personaje que tuve que investigar aparte. ¿Son actores? ¿Son policías de verdad? Y sí, ahí estaban, en distintos vídeos que he encontrado en las noticias, se ve tanto a Pelayo como a otros de los instructores, implicados en las distintas operaciones que el GEO lleva a cabo.

Aparte de este robaplanos natural que ha resultado el inspector Pelayo, hay que darle mucho mérito al equipo técnico de la serie documental que ha logrado con sus entrevistas, con sus planos y su montaje, dotar de una épica muy cuidada, cargada de emoción, guardando la dignidad tanto de los seleccionados como de los descartados.