Mal de altura (La gran tragedia del Everest) - Jon Krakauer

 

Mal de altura (en el original “Into thin Air”) de Jon Krakauer narra desde el punto de vista del autor, la tragedia acontecida en el Everest el año 1996. En apenas 24 horas, durante el 10 al 11 de mayo de 1996, ocho personas perdieron la vida durante una tormenta de nieve. Algunas durante el ascenso y otras al descender, después de hacer cumbre.

El mal agudo de montaña o mal de altura, del título castellano, es la falta de adaptación que sufre el cuerpo humano por la falta de oxígeno, o hipoxia, en altitud. Los alvéolos pulmonares no son capaces de transportar la misma cantidad de oxígeno ante la menor presión atmosférica a más altitud. Para evitar este mal, sobradamente conocido, los montañistas suelen acostumbrar su cuerpo en diferentes campos base a diferente altura durante toda la ascensión.

Los síntomas más frecuentes son mareo, dolor de cabeza, nerviosismo, insomnio, náuseas y vómitos. Las manifestaciones más graves derivan en edemas pulmonares y/o edemas cerebrales que pueden ocasionar la muerte.

Jon Krakauer, de la revista Outside, fue enviado a cubrir una de las múltiples ascensiones del Everest. Su cometido principal era escribir sobre el ascenso y arrojar una voz crítica sobre la incipiente comercialización que estaba sufriendo la montaña más alta del mundo por parte de personal no cualificado. Clientes que abonaban entre 50.000 y 65.000$ para hacer cumbre sin estar lo suficientemente preparados (en su mayoría) para ello, cegados por la ambición y la adrenalina.

Él mismo formó parte de una de las cuatro expediciones que se vieron atrapadas en una tormenta con fatales consecuencias. Su narración hace foco en dos de ellas. Una encabezada por Scott Fischer y la otro liderada por Rob Hall, de la cual formaba parte Krakauer. Ninguno de los líderes sobrevivió al desastre del Everest.

Según Krakauer, una serie de decisiones desafortunadas (no respetar la hora máxima para hacer cumbre, que no hubiese cuerdas fijas suficientes para todos los montañistas, y la solapada competencia entre Fischer y Hall para subir a todos los clientes) junto a la terrible tormenta, provocaron las muertes de varios integrantes de las expediciones. Cierto es que el autor también se culpa de muchas decisiones o de hechos que no supo valorar en su justa medida. Krakauer es especialmente crítico con Anatoli Bukreev, el líder junto a Fischer de una de las expediciones. Le culpa de haber escalado sin oxígeno (limitando de este modo sus capacidades cognitivas y físicas), abandonar a sus clientes en la cumbre, haber descendido horas antes que ellos e incluso no llevar la ropa adecuada. De los ocho clientes, cinco de ellos eran experimentados escaladores y, de ellos, cuatro con experiencia en alta montaña. Krakauer, sí admite en cambio que gracias a la heroica intervención de Bukreev, se salvó la vida de tres de ellos, al internarse en la tormenta repetidas veces a solas en busca suya. Agotado, volvería el día después de nuevo, para encontrar el cuerpo congelado de Fisher a más de 8.300 metros en el collado sur.

Jon Krakauer publicaría después en la revista su punto de vista, pero no quedaría del todo satisfecho y complementaría este artículo en forma de libro en el año 1997. Este libro alcanzaría el primer puesto de los más vendidos de ese año y quedaría finalista de los premios Pulitzer en el apartado de No Ficción en el año 1998.

Bukreev, como otros miembros de las expediciones involucradas, no compartieron los puntos de vista que Krakauer indicó como desencadenantes del desastre. Bukreev, citando diarios personales, cartas y comunicaciones de radio de los días de la tragedia, publicaría su versión de los hechos en el libro “La escalada. Trágicas ambiciones sobre el Everest (“The Climb” en el original)”. Al parecer esta versión tampoco está exenta de polémicas, al entrevistar el co-autor Gary Weston DeWalt sólo a un puñado de personas, la mayoría afines a la versión de Bukreev. Hasta el día de su muerte en 1997 en el Annapurna, afirmaba que la versión de Krakauer era sesgada y equivocada. Jon Krakauer quedó retratado al presentar Bukreev una foto haciendo cima del mismo día donde claramente se ve que Sí llevaba ropa adecuada, y el testimonio de otro escalador que afirmaba que era Jon el que estaba totalmente exhausto a punto de despeñarse en un tramo sin cuerda fija entre el “Escalón de Hillary” y la cumbre sur.

Krakauer había omitido ese detalle en su libro.

Además, Krakauer había cometido una serie de errores claros, como confundir a varios montañistas entre ellos e informar al campamento base erróneamente de que las personas equivocadas estaban a salvo. Krakauer admitió todo ello y tuvo que rectificar su libro.

Fuese como fuera, la falta de oxígeno, las inclemencias del tiempo, la terrible experiencia de los supervivientes provocó que ninguno de ellos, pudiera dar una versión objetiva de lo acontecido, aunque hubiesen querido.

Recomiendo el libro, aunque tarda bastante en arrancar. El autor nos aporta muchísima información relativa a los preparativos, el Everest, a los campamentos base, a la historia personal de cada persona involucrada y quizás esto termine cansando un poco. No obstante, se lee muy bien para un profano en el tema como yo y es una versión muy interesante de este mundo.

4 ⭐de 5

Una película titulada "Everest" se estrenaría en el año 2015, basada en esta tragedia. Os dejo el tráiler a continuación.

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