Translate

El caballero negro - Klaus Fernández

 




    Algunos dicen que el Caballero Negro nació en extrañas y lejanas tierras. Fruto de negra alquimia. Otros que siempre estuvo entre nosotros, agazapado, paciente, para que cuando llegará su momento de mayor fortaleza, dar inicio a su reinado de muerte. Negra era su alma y su armadura. Sólo matando, él podía vivir. Había nacido en ese caldo. Matar o morir.
Intentar detenerle, enjaularle, matarle, ya lo creo que lo intentaron. Pero todo fue inútil.
El Caballero Negro era astuto. Hábil con la mentira. Difundía rumores de que era débil, fácil de vencer, escaso rival para todos los reinos.
Cualquier reino con soldados bien entrenados en el arte de la guerra podrían vencerle. Total, sólo era un hombre, ellos muchos. Ahí se fraguaba la primera victoria del Caballero Negro y la derrota de los demás. La de hacer creer que no era un rival digno del que preocuparse.
El negro corcel del Caballero Negro encontraba las cancelas abiertas, las murallas desprotegidas. Pero era fiero, era despiadado y lo peor de todo era su espada. Cada herida que abría, convertía a su víctima en un lacayo, en un seguidor del ser oscuro que podía transformar a más como él.
El Caballero Negro llegaba con su negro corcel y arrasaba con todo. No podían vencerle, sus prácticas de lucha, sus habilidades eran desconocidas para ellos. Para cuando se daban cuenta de haberle infravalorado, el reino ya había caído y la cabeza de su rey cabalgaba en la punta de la lanza del caballero negro. 
Muchos reinos cayeron. Muchos murieron. En uno, consiguieron cortarle un dedo y poco más. El dedo fue llevado rápidamente a otras tierras, donde en un cónclave de hechiceros, magos y druidas consiguieron replicar a un caballero completo a partir de ese minúsculo trozo.
El Caballero Blanco. 
Pero resultó que el Caballero Blanco no portaba armas. Solo portaba el conocimiento de la guerra. Su fortaleza era la de poder entrenar a los batallones de los pueblos en la forma de lucha del Caballero Negro. Entregó todo su poder a los defensores de los reinos amenazados y en esa entrega se diluyó, dejó de ser uno para ser parte de todos los que se enfrentaran a su padre.
Cuando terminó de instruirles, murió. Esa era su destino.
El Caballero Negro llegó a los pocos días al reino. También caería, él estaba seguro de ello. Pero los soldados no eran iguales que los demás. Sabían luchar, conocían sus habilidades, le hacían frente, no temían morir por su rey. El caballero Negro se dio cuenta que había cometido el mismo error que cometieron con él.
La de creerse invencible y le vencieron. 
El reino celebró su victoria y estuvieron eternamente agradecidos al Caballero Blanco que dio su vida para hacerles a ellos más fuertes.

¿Cuál es el mensaje final?
VACUNAROS.


SAFE CREATIVE 2201130234794 Creative Commons Attribution 4.0

Comentarios

  1. He escrito este mini relato en mi segunda cuarentena por COVID oara lanzar un mensaje. Mis síntomas han sido bastante llevaderos y no tengo duda de que ha sido por estar vacunado. Si este mini relato, esta metáfora, sirve sólo para que una persona más se vacune, mi objetivo se habrá cumplido. Por favor, por vosotros, por las personas que os quieren y queréis, vacunaros. Gracias

    ResponderEliminar
  2. Excelente relato. No puedo estar más de acuerdo. Vacunaros. No hay plan B. No podemos permitirnos más muertos. Y si salvar vidas pasa por ponernos una inyección de 30 segundos, no sé a qué estamos esperando. Ninguno de nosotros se plantea los estudios a largo plazo de cada cerveza, o cada bocadillo de calamares que nos metemos al cuerpo. Ni tampoco preguntamos que lleva el Paracetamol o qué nos ponen en Urgencias cuando estamos malitos. No seamos tan temerosos, ni nos escudemos en teorias conspiratorias. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. ¡Vacunaros! No existe una obligación legal de hacerlo, pero sí una obligación moral. Es lícito tener miedo a lo desconocido, pero existen vías de información para vencer al miedo. Lo que no se puede tolerar es esconderse ahora y dejar que otros pongan toda la carne en el asador y yo beneficiarme de todas las ventajas que consiguen otros.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mis mejores escenas de Televisión y Cine (I)

La Novia Gitana (Inspectora Elena Blanco 1) - Carmen Mola