Yo, robot - Isaac Asimov

¿Podemos seguir hablando de spoiler cuando se trata de obras con tantos años a sus espaldas?

La obra inicial se publicó en 1950, aunque las 3 leyes de la robótica son de 1940. 

No son solo los años que han pasado desde su primera edición sino también su relevancia. No es un relato olvidado y recuperado recientemente sino que, "Yo, robot", es una obra de referencia para cualquier aficionado a la ciencia ficción. Se habrán escrito miles de párrafos sobre el libro y sobre sus obras derivadas, por ejemplo en el cine.

Se me ocurre ahora la película protagonizada por Will Smith. Tranquilos, si la has visto no te has hecho autospoiler porque no tiene mucho que ver con el libro.

De hecho, el libro, no es una historia lineal. Son un conjunto de relatos, más o menos independientes, relacionados con las 3 famosas leyes de la robótica:

1.- Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.

2.- Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.

3.- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

De hecho, los relatos aparecieron primero publicados en prensa y, no fue hasta más tarde que Asimov les dió forma de libro.

Son relatos que implican las paradojas y las vueltas de tuerca que se le pueden dar a las tres leyes como silogismos de partida. Las situaciones en las que un robot puede estropearse porque no es capaz de tomar una decisión; robot que llega a la conclusión de la existencia de un dios, ser superior, porque no concibe ser creado por seres inferiores a él, a la creación. Y, finalmente, si el robot tiene una superioridad en la gestión, terminan controlando y rigiendo el destino de la humanidad que siempre será más imperfecta en su propia autogestión.

Como curiosidad uno de los fallos que aparecen en la gestión de los robots son las minas de Almadén, en Ciudad Real. Las minas se cerraron hace tiempo y el libro sigue muy vigente. Ambos, cada uno en su mundo (la literatura y la minería) se han convertido en leyenda.