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La lista final (serie TV-2022). Chris, el psicópata que queremos de nuestro lado.

 

La serie trata sobre un comandante SEAL que vuelve a casa tras una desastrosa misión en la que ha perdido a todos sus hombres. El comandante Reece (Chris Pratt) sufre una conmoción a causa de una explosión de la emboscada en la que caen. Por ello se nos transmiten verdaderas dudas sobre qué ocurrió realmente en la misión. Los problemas médicos se van incrementando con la sospecha de que está viendo visiones: personas que no están ahí, no ubicar bien los recuerdos y estar inmerso en ellos, como si los estuviera viviendo en la actualidad.

La serie no nos sorprende en absoluto con la trama pues, al igual que un Punisher o Diablo, a man apart, Reece sufre el asesinato de su familia cuando se acerca a la verdad sobre la emboscada. Al igual que las otras películas del ejemplo (y otras tantas) el SEAL se impone el objetivo de tomarse la justicia por su mano e ir eliminando los nombres de la lista de culpables (no recuerdo si esto de ir tachando nombres de una lista lo habré visto alguna vez😜). La serie refuerza la idea de que un SEAL vale lo que un batallón entero de infantería mecanizada y que tiene más vidas que un gato callejero en Bogotá.

Aunque no deja de ser previsible en todos sus aspectos, no por ello deja de ser un producto televisivo que nos da lo que esperamos: entretenimiento y ensalada de balas en todo su esplendor. Es una serie muy entretenida y no te deja escapar del sillón.

Lejos de toda épica que se respira en otras producciones, La lista final deja en todos los episodios un regusto amargo. No hay guiños al humor, no lo pretende, no hay ironías. El personaje de Chris Pratt, con su cara de perro abandonado, nos da mucha pena. No solo ha perdido a su familia y a su equipo, sino que está enfermo sin solución. La policía lo persigue y se le considera un terrorista.

No recuerdo la frase literal pero, en un momento dado Reece dice algo así como: «Han cometido el error de traer la violencia a un hombre que ha hecho de la violencia su forma de vida». Y es que el personaje que interpreta Pratt es un psicópata. Uno de los que queremos que esté en nuestro lado. De los que acaba con los malos sin que ninguno de los valores humanos se interponga en su camino. Se salta cualquier regla. Con lo cual puede sacarle las tripas a un ser vivo, colgarlas del techo y obligarle a que ande. Solo para hacerle sufrir, no se pretende más. Amenazar con la muerte de su hijo a otro de los culpables. Nos muestran que no se trata de un órdago.

La serie tiene la oportunidad de hablar de la corrupción en la política, en los mandos militares, de los problemas de salud de los veteranos, de las grandes corporaciones que nos ven, desde la cúpula de un rascacielos, como dólares con patas. Se pierden oportunidades de hacer una televisión distinta y se cae en lo de siempre. De ahí el mal cuerpo que se te queda viendo la serie, porque todo eso existe, pero el comandante Reece, no.

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Este obra cuyo autor es Alberto Jiménez está bajo una licencia de Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional de Creative Commons.

Comentarios

  1. Es una miniserie ¿Verdad? Cada vez soporto menos todas aquellas series con más de 10 episodios. La trama no parece muy original, pero tampoco esperas una obra maestra. Si da lo que promete, no tengo nada que objetar. Mi problema es más del tipo, ¿Quiero ver otra serie que va de lo mismo? La respuesta es No. Pero gracias por tu reseña.

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