Fortunata y Jacinta. Dos historias de casadas - Benito Pérez Galdós

Indagando para escribir esta pequeña reseña descubro que lo califican como el segundo libro español más importante después del Quijote. No sé si hay consenso en ello (que no creo) pero sí encuentro que se valora como obra cumbre del propio Galdós.

Galdós es escritor prolífico donde los haya, candidato en tres ocasiones al premio Nóbel de literatura. Su rostro es conocido por la gente como yo, que aún recordamos las pesetas, era la imagen del billete de 1000. Eso nos da una idea de su importancia. Aún suspendiendo literatura, sabías quién era.

Como sucede con no pocos genios de las artes y las letras, en la actualidad, no pasaría con nota el rasero moral. Conocido en su época como "el de las putas", era un hombre más bien tímido con pase VIP en el mundo de la prostitución. Era tan prolífico con el lápiz como en buscarse líos de faldas. Es conocida su relación con Pardo Bazán, con una cantante de la época y otras. Entre ellas estuvo la única con la que tuvo un hijo, Lorenza Cobián, una pobre mujer del pueblo llano y, dicen, con problemas psicológicos.

Fortunata y Jacinta cuenta la rivalidad de dos mujeres en la época de finales del S.XIX en Madrid. Rivalidad por un hombre. El personaje de El delfín, es un señorito con dinero, un vividor que da las dos caras (o las que haga falta) y que siempre tiene excusa para todo: para su gandulería, su promiscuidad, su falta de palabra y su honra. Un partidazo. Pues por este dechado de virtudes las dos beben los vientos y pierden la vida durante años y muchas páginas (yo lo he leído en edición de dos volúmenes). La capital de España muestra toda la hipocresía de que hace gala su sociedad, trata de entrar en la modernidad sin conseguirlo. O, al menos, esa es la España, la sociedad, que nos muestra Galdós en su novela. Puede que sea un Antonio López de su época. Me explico, describe a la perfección un momento, una época. Aunque no deja de llevar su pincel, un tanto pesimista y misógino. Quizá misógino sea un término excesivo pero yo no alcanzo a creer es esa Fortunata y Jacinta, no las puedo ver desde la óptica de hoy. Están ancladas en su papel de madre, esposa, cuidadora, sufridora... Seguro que me equivoco, yo no estaba allí, pero se me hace muy difícil ver la vida como la ven ellas. Sí se me hace más creíble que es como Galdós cree que veían, que vivían, la vida las mujeres de su época.

Aunque el libro lleve dos nombres, Fortunata es la protagonista absoluta de la obra y se nos hace querer por ser la que está en posición de desventaja. Son dos mujeres de clases sociales distintas. Una del pueblo llano (Fortunata) y la de alta burguesía (Jacinta). A poco que sepamos de la biografía de Galdós, no puedo dejar de imaginar que Fortunata tiene mucho de Lorenza Cobián. Se hace querer pese a ser boba e inocente. Sin fortuna ni educación es una choni de finales de siglo que nos cae bien.

Virtudes de la obra son la creación de personajes con una personalidad compleja y bien desarrollada, la descripción de una época y un lugar (Madrid) con grata precisión.

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