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Los girasoles ciegos - Alberto Méndez

 


"Los girasoles ciegos" es un libro de Alberto Méndez escrito en 2004 y publicado por la editorial Anagrama. El autor no llegaría a disfrutar del inmenso éxito de su única novela al morir pocos meses después de cáncer.

El libro fue Premio Nacional de Literatura 2005, Premio de la Crítica 2005 y Premio Setenil 2004. Todos los premios son más que merecidos.

El libro está dividido en cuatro historias que se entrecruzan y guardan un hilo común: la derrota. Los personajes cansados y faltos de ilusión son sobre todo personajes derrotados.

El título, Los girasoles ciegos (correspondiente al subtítulo del cuarto relato) hace alusión a la Biblia, donde se presenta la desorientación de la humanidad, que vive ciega, sin un horizonte al que referirse o dirigirse.

Resumo las cuatro partes de esta muy recomendable novela:

Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir.

Carlos Alegría, oficial del ejército nacional, se rinde ante los republicanos, cuando las tropas golpistas están entrando en Madrid. Es apresado y encerrado en una celda. Mientras está en la prisión, la Capitanía es abandonada por los republicanos, tomada por los nacionales y tomado como un traidor, por lo que es condenado a muerte. 

Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido.

Un joven poeta y su novia embarazada de ocho meses que apenas es una muchacha intentan huir de los vencedores hacia las montañas asturianas durante la guerra civil. Ella da a luz en mitad del camino y termina muriendo. El joven no sabe cómo encargarse del niño y a pesar de los esfuerzos termina rindiéndose y muriendo junto a su hijo y novia.

Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos.

El preso Juan Senra consigue sobrevivir en la cárcel mintiéndole al capitán Eymar cada día con los relatos heroicos e inventados sobre su hijo con el que compartió bando en la guerra. En la cárcel coincide con el capitán Alegría y un joven llamado Eugenio. Ambos terminan falleciendo y Juan, desolado y asqueado decide contar finalmente toda la verdad a Eymar sobre su cobarde hijo. Al día siguiente, Juan es condenado y fusilado.

Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos.

La historia comienza con la confesión de Salvador, un cura con problemas de fe y proclive al pecado.  Un niño, llamado Lorenzo, alumno del hermano Salvador, vive en casa con su madre y con su padre escondido en un armario, al que todos creen muerto. Nos enteramos de que la hermana de Lorenzo es la chica embarazada del segundo relato.

El cura se empieza a obsesionar con Elena, la madre de Lorenzo y tras encapricharse con ella la intenta violar en su casa. El padre de Lorenzo y marido de Elena al verlo se arma de valor y sale de su escondite para enfrentarse a Salvador. Tras haber sido descubierta su existencia, el padre abre una ventana y se suicida arrojándose al vacío.

Hasta aquí el resumen del libro.

Tengo que reconocer que estoy muy harto del tema de la Guerra Civil española. A pesar de que hayan transcurrido 85 años seguimos hablando de ella como si hubiese acontecido anteayer. Nuestros políticos no han sabido pasar página y la dichosa maldita guerra de un hermano contra otro es una herida que no parece cicatrizar o no interesa olvidar. 

El miedo a la derecha está desgraciadamente muy presente en nuestra sociedad que demuestra día tras día que la Guerra Civil es un argumento aún muy válido de voto.

Solo la recomendación personal de una amiga me animó a leer este libro de justificada fama de Alberto Méndez. Afortunadamente, el autor, no busca culpables ni en el bando de los republicanos ni en el de los nacionalistas y desgrana con su prosa un mensaje más universal. En la guerra no hay vencedores, sólo derrotados.

Los girasoles ciegos es un libro cruel, que no nos entrega lo que anhelamos, donde no hay finales felices, donde no hay justicia, donde no hay esperanza. 

Nos desgarra con ese grito ensordecedor que es el sabor irremediable de la injusticia, del fracaso del ser humano y, por ende, de la derrota. Entendemos las posturas de los personajes (no tienen por qué gustarnos ni tenemos que compartir su punto de vista) y eso hace de este libro una lectura necesaria.

Alabo el exquisito gusto de entrelazar sutilmente las historias. Me gusta que como lector me desafíen a leer entre líneas, que me obliguen al ejercicio de profundizar en las motivaciones de los personajes y descubrir los nuances ocultos del relato. 

Pocas cosas se le pueden echar en cara a la novela de Méndez y quizás sea el tono resabidillo, típico de maestro de escuela, de abuelo cebolleta que despliega Méndez durante la mayor parte del libro la única pega que se le pueda hacer. Están sus cuatro relatos salpicados de gotas de sabiduría que llegan a cansar. 

Ejemplos:
  • Nadie miente para morir.
  • Si estuviéramos vivos en la tumba, terminaríamos por amar a los gusanos.
  • El miedo, como la voz queda, desdibuja los sonidos porque el lado oscuro de las cosas sólo puede expresarse con silencio.
  • Siempre lleva las de perder el que más muertos sepulta.

Hablemos de la adaptación cinematográfica de "Los girasoles ciegos".

A pesar de que la película llegase a ganar un Goya al mejor guion adaptado, creo que es éste de todos a los que estuvo nominado (en total 15 nominaciones; incluyendo mejor película, dirección, fotografía, vestuario, montaje, actor revelación etc.) el que menos se merecía. 

Todo lo que funciona en el libro, en la película chirría. 

Todo lo que es sutil en el libro, en el largometraje es vulgar, un insulto a la inteligencia del espectador. No hay que explicar ni enseñarlo todo (la escena de la masturbación del padre Salvador con una almohada me parece horrorosa y totalmente innecesaria). No somos unos borregos sin capacidad de comprensión. Algunas veces intuir es más efectivo que mostrar.

Seguimos.

El escondrijo del armario es casi un loft en la película. Una habitación pequeña con mesa, cama y estanterías. En cambio, en el libro es poco más que el fondo es un armario amplio. Creo que es un detalle importantísimo que el padre viva hacinado, encogido, enterrado y no con todas las comodidades. Vamos que solo le falta Netflix y una ventana a la puerta de Alcalá.

En el largometraje, el personaje de Ricardo no tiene apenas miedo de ser visto. Le vemos en la terraza por la noche junto a su hijo y se despide de la familia con la puerta abierta cuando en el libro se remarca que cualquier vecina podía sospechar que alguien más vivía en la casa. En el libro, apenas sale del armario y si lo hace lo hace a oscuras y con todas las ventanas bajadas.

Incluso el final del largometraje es diferente. En la película, Elena y Lorenzo terminan huyendo con una tía de Elena a un pueblo cuando el final del libro es más ambiguo y triste al desconocer el lector el destino final de la familia.

El guionista Rafael Azcona junto al director Jóse Luis Cuerda se han cargado un muy buen libro tomando partida por el bando republicano y presentando a todos los personajes "nacionalistas" como seres repulsivos y egoístas sin un ápice de humanidad. El libro de Méndez no se merecía una lectura tan burda, una visión tan paupérrima de los personajes.

Si recomiendo la película es solo por el exquisito diseño de vestuario y una música estupenda. La dirección de Cuerda es correcta pero se le ve demasiado la "pluma".

Son Cuerda y Azcona otros resentidos que no son capaces de estar por encima de su ideología política y se valen de un libro que va de mucho más de lo que ellos nos presentan de forma tan barata. Una pena.

Maribel Verdú (que bien ha envejecido esta mujer) está muy bien, pero los demás están ciertamente mal a excepción del chaval que interpreta a Lorenzo (Roger Princep). 


Valoración:
⭐⭐⭐⭐ de 5

Una lectura muy recomendable, que se aparta de los tópicos de la infinidad de los libros escritos de nuestra Guerra civil con relatos unos más logrados que otros. 

Es cierto que el último relato tiene cierto sabor a ya leído (El diario de Ana Frank, por ejemplo), pero Méndez con su prosa consigue transportarnos a la desesperación de la familia de forma magistral.

Os dejo el tráiler de la adaptación fallida del cuarto relato del libro a la gran pantalla.


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Comentarios

  1. Exquisita reseña. Qué buen análisis. Gracias por este libro.

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  2. Mónica Menor Martínez18 de febrero de 2024, 10:13

    Te recomendé este ciclo de relatos, como algunos llaman a los cuentos relacionados, no porque tratase sobre la guerra civil, sino porque los relatos mostraban con mucha sutileza la complejidad del sufrimiento humano, esa derrota, y además reflejaban una ternura por ciertos personajes, algunos recurrentes, que me recordó mucho a tu libro "Almas perdidas en la ceniza". Es cierto que tu mundo es totalmente diferente, claro, con más amor, jeje, y suele dejar siempre un resquicio a la esperanza pero tu ceniza y tu ternura la vi en Los girasoles.
    Además, me pareció que te podría resultar interesante el juego de narradores porque creo que trata de mostrar la complejidad de la vida humana y evitar el partidismo o, en el caso de la cuarta derrota, el caer en lo típicamente escabroso.
    Por otra parte, también me pareció que su lenguaje a veces es demasiado rebuscado, intentando la palabra rara y la frase exquisita. Eso queda perfecto si parece natural pero en su caso a veces se nota mucho y cansa.
    En cuanto a la peli, resulta que la vi cuando se estrenó pero con mi memoria de pez no me acordaba y como es sobre el cuarto relato, me di cuenta cuando lo acabé, cuando se “defenestra Ricardo” (como me puso un alumno 😂).
    Me vino entonces a la cabeza enterita y recordé que me había resultado justo lo que dices: partidista, grosera por efectismo, etc. En conclusión, sigue escribiendo. Un placer leerte.

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  3. Buena reseña pero no me interesan mucho los relatos tristones y desesperanzados.

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