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Pseudociencia en la literatura de ciencia ficción. Herederos de las estrellas - James P. Hogan

 


Hay quien le da a este libro 4 estrellas y, aún así lo pone a caldo. Admiro la benevolencia con los clásicos.
 
El libro tiene verdaderos problemas para aguantar una lectura desde la actualidad. Deja a las mujeres en muy mal lugar. Aparte de estar desaparecidas, su única intervención es como para dar color y soltar una frase de intuición femenina. Vamos, una concesión paternalista que tira, a las más pintadas, de espaldas.
 
El hecho de que se pongan a fumar cada dos por tres, o a beber alcohol en cualquier situación, incluso en pleno viaje espacial; es de antología del disparate.
 
Todo esto lo podemos ¿perdonar? Mejor obviar, por el contexto social en que fue escrito en 1977, fecha de la publicación inicial. Si no me equivoco, la primera edición en castellano que encuentro es de 1986. Ya entonces debía haber cierta precariedad en el mundo editorial. Sobre todo a la hora de escoger traductores con un mínimo de calidad, la traducción es malísima. Tiene errores al pasar medidas del sistema métrico anglosajón a nuestro sistema métrico decimal.
 
Ya en la propia edición que manejo (creo que 2017) se advierte que, en la primera edición ponían 700 kilómetros de diámetro a un satélite artificial de transbordo, cuando en el original inglés es media milla (unos 805 metros). La United Nations Space Arm se traduce sin tapujos, decenas de veces, como Arma Espacial de las Naciones Unidas; cuando lo más adecuado sería Sección Espacial. Hasta Brazo Espacial sería más correcto siendo literales en la traducción. Sobre todo teniendo en cuenta que, durante todo el libro, se insiste en que, los grandes avances científicos y tecnológicos de la Tierra, se han logrado por el fin de los conflictos armados. Una organización militar no tiene cabida en la trama.
 
Amén de estos dos ejemplos, no se puede leer bien cuando muchas frases están redactadas como hablaban en las películas antiguas los indios del oeste. Te saca de la lectura continuamente. La organización sintáctica es demencial, hecha por un borracho.
 
A eso le podemos unir la falta de personajes que tengan algún tipo de carisma. No tienen ninguna personalidad, no hay arco de personaje, son planos, no cambian. Tampoco hay una trama que nos atrape y el hilo conductor de la historia hace aguas como una canoa de conglomerado.
 
El inicio de la historia es el descubrimiento en la luna de un astronauta de 50.000 años. Bien, pues todo gira en descubrir quién es y si se han equivocado o no en datarlo así. Se tiran todo el libro discutiendo si es un humano o es de otro planeta, cuando todos los datos apuntan a que es humano. Sorpresa, al final del libro es humano.
 
El libro pertenece a la categoría de lo que se ha dado en llamar Hard Sci-Fi o Ciencia Ficción dura. Libros en los que gran parte de la trama descansa mucho sobre los temas científicos o tecnológicos. El 90% del que tenemos en las manos es una sarta de pseudociencia que no se la cree ni el que la ha escrito. Mientras, tus ojos irán sangrando con temas tan apasionantes como que encuentran un pescao cuya raspa (es lo que queda) no se corresponde a nada que haya evolucionado en la Tierra.
 
Te aviso que este impresionante giro de la trama sucede pasado la mitad de la novela. Hasta entonces, científicos de todo pelaje y condición (lingüístas, antropólogos, botánicos, geólogos, astrofísicos...), han estado discutiendo sobre teorías con base a un único cuerpo y unos pocos libros que traía consigo.
 
Pues ni siquiera eso está bien explicado. Supongo que la mayoría no tenemos un doctorado en física, ni nuestros amigos son la pandilla de Big Bang Theory; por lo que no podemos seguir los razonamientos que nos tratan de vender. Todo es una pseudociencia de borracho de bar, o lo que es peor, de terraplanistas con una suscripción a Círculo de Lectores.
 
Spoiler: Se supone que hubo otro planeta (Minerva) orbitando en nuestro sistema solar. Una raza humanoide (Ganimios) de millones de años, viendo que Minerva se iba al garete, viene a la Tierra y se lleva especies terrestres que son más resistentes a su planeta. En ese Arca de Noé, incluyen homínidos de los que evolucionarían los lunarinos (especie a la que pertenecería el cadáver encontrado). Los ganimios desaparecen, los lunarinos se matan entre ellos y destruyen el planeta. Su luna es nuestra Luna. Al explotar el planeta la Luna sale despedida y es atrapada por la gravedad de la Tierra. Y por todo eso aparece un humano que no es humano en la Luna.
 
Y ahora digo yo: Tenemos fósiles de dinosaurios de hace millones de años. Posteriormente nos visitan unos que han venido centenares de ocasiones (descubrimiento, prospección, esquilmar recursos y secuestrar especies) y nunca han dejado rastro. Lo verdaderamente importante es cómo recogía la basura esa gente.

Se quedaría en 1 pero le doy dos por el esfuerzo de escribir habiendo fumado marihuana, cuando lo que realmente te apetece es comer ⭐⭐ (eso me han contado)

Comentarios

  1. Excelente análisis. ¡Enhorabuena! Tengo que reconocer que fui yo el que propuse este relato para un futuro club de lectura y me he estrellado. De los tres lectores, sólo tú has capaz de terminarlo. Gracias por evitarnos este mal trago.

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  2. Insoportablemente aburrido. La lectura debe ser siempre una ocasión de escape, una acto placentero y tras 30 páginas tuvo que dejar de leer. Qué espanto. No me entero de nada. Sepultado con datos científicos de medio pelo que no me interesan lo más mínimo. Gracias Beto por la reseña y haberme ahorrado horas perdidas.

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