Me he quedado helado con los... "Melocotones helados" - Espido Freire

 

Premio Planeta de 1999, Melocotones helados supone el premio a la escritora más joven en la historia de los premios en ese momento. Solo tenía 25 años. La propia Espido se muestra un tanto aburrida de que le comenten esto en todas las entrevistas, como si no hubiera otra cosa que preguntar.

Mi principal motivación para esta lectura fue ver que Espido Freire es parte del jurado de un premio al que me iba a presentar. Qué mínimo que saber algo de la gente que va a juzgar tu trabajo. Tras ver unos cuantos vídeos por internet me quedé enamorado de cómo habla esta mujer. La sencillez de su discurso, su humildad y el criterio claro que parece tener para todo. Desde ese momento enamorado con ella. Para no ser un superfluo me tiré a leer su obra más notable.

Me puse a leer algunas reseñas por encima y, sobre este libro había una, un tanto negativa, que decía que los elementos sobrenaturales que incluía le restaban seriedad. ¡Punto a mi favor! Los elementos sobrenaturales me atraen sobremanera en la literatura.

Pues descubro que lo cierto es que, quien fuera, no se había leído el libro, porque de elementos sobrenaturales nada de nada.

El libro va de una familia a través de tres generaciones. En un espacio y tiempo indefinidos, podría ser cualquier lugar y momento porque, Espido, no nos da lugares reales. Aunque a mí poco me cuesta pensar en su Bilbao natal y las otras localizaciones como las de una España en plena Guerra Civil (nunca se la llama así) para el abuelo Esteban.

Poco cuesta pensar en ETA como metáfora cuando habla de los Caballeros del Grial. Las situaciones bien pueden pasar por ser las mismas: extorsiones, gente que tiene que irse de su casa, son los garantes de la verdad (la suya), recurren a la violencia para conseguir sus objetivos, captación de adeptos con metodología de secta... 

No sé dónde está el problema. Tengo demasiada imaginación o poca, y por eso no veo un mundo más amplio que me quieren mostrar. El caso es que veo una historia mil veces contada, que ya me la sé y que no me interesa; no por otra cosa sino por ser la enésima revisión.

El libro está separado en capítulos. ¡Vaya novedad!