Saw VII / Saw 3D (Kevin Greutert, 2010)

De Luis Fernández - septiembre 12, 2024

Saw VII o también llamada Saw-3D es una película estadounidense de terror rodada en 3D del año 2010 dirigida por Kevin Greutert.

Es la séptima entrada cinematográfica de la franquicia Saw. Está interpretada por Tobin Bell, Costas Mandylor y Carey Elwes entre otros. Supuestamente esta séptima parte debía poner punto final a la franquicia.

Saw VII, costó 17 millones de dólares y volvió a levantar el vuelo pertinente a las recaudaciones por encima de los 100 millones de dólares, llenando las arcas de la productora con unos espectaculares 136 millones de dólares.

¿De qué va esta secuela?

Tras intentar matar a Mark Hoffman (Costas Mandylor), Jill Tuck (Betsy Russel) pasa a custodia preventiva. El detective Matt Gibson accede a ponerla bajo custodia protectora una vez que ella firma una declaración jurada, revelando que Mark Hoffman es cómplice de Jigsaw. Mientras tanto, Bobby Dagen, un autoproclamado superviviente de Jigsaw, es sometido a su propia serie de pruebas, en las que debe salvar tanto a sus amigos como a su esposa.

Aburridísimo cartel alternativo.

Curiosidades:

A pesar de ser el villano principal, Tobin Bell sólo sale tres minutos en la película.

Al salir únicamente Bell en una escena del pasado, los productores optaron por una solución mucho más barata y chapucera para darle un aspecto juvenil que gastarse el dinero en un costoso sistema de deaging (ver imagen anexa).

Gorrita para atrás y a tirar.

En una sucursal Showcase Cinemas de la ciudad de Massachusetts, esta película se proyectó accidentalmente en lugar de la película de animación en 3D Megamind (2010), traumatizando a su joven público.

El tristemente fallecido vocalista de Linkin Park, Chester Bennington tomó clases de interpretación para su papel en la película.

Esta es la primera película de la serie que incluye una secuencia onírica.

Esta es la única película de la franquicia que tiene una muerte causada por la «Trampa del Oso Inversa», ya que Jill Tuck fue el único personaje que no escapó de la trampa, mientras que Mark Hoffman y Amanda Young sí lo hicieron en anteriores largometrajes.

Valoración:

⭐⭐de 5.

¿Qué le pasa a una película cuando está rodada en 3D y la ves en casa sin este formato?

Pues que pierde muchísimo y si a eso le juntas que el guion es infame, te encuentras que un largometraje que te vuelve a entregar una sucesión de muertes sin sentido.

Sin ser yo un escapista, la mayoría de las trampas mortales se hubiesen podido evitar tan solo con el hecho de que el protagonista hubiese buscado una salida diferente del laberinto y no entrar en las habitaciones marcadas con espray.

Una vez dentro de la habitación, se activaba la trampa. Pues es tan fácil como no entrar ¿no?

Otro fallo garrafal es que el protagonista se tenga que clavar los garfios en los músculos pectorales para ascender por una catenaria. Una vez alcanzada cierta altura, con las manos que debía tener libres, podía desactivar la trampa mortal.

¿Y por qué simplemente no se enganchó los garfios a las hebillas del pantalón?

Otro fallo. Uno de los protagonistas se tiene que arrancar las muelas puesto que en ellas están grabados unos números para abrir un candado. Al sacarse los piezas dentales, el número está grabado en la raíz del diente. Totalmente inverosímil.

Esta última parte es un despropósito y un mal colofón. Es demasiada sangrienta y explícita. Lo peor de todo es que toda esta acumulación de sangre y vísceras es gratuita y ni sirve ni apoya la trama.

Como es habitual, os dejo el tráiler en castellano.