La herencia Valdemar (José Luis Alemán, 2010)

 

No tengo nada en contra de los llamados cliffhanger o finales abiertos en las películas o series. Siempre y cuando aquellas películas se sostengan por sí mismas y no tengas que ver la continuación para apreciar o entender la primera parte.

¿Te ha gustado la trama, los personajes? Pues si quieres saber más… tenemos una continuación, dónde exploramos más de este mundo. Tú eliges si quieres verla, la película que acabas de ver ya es un conjunto cerrado y simplemente ampliamos la experiencia.

Lo que molesta sobremanera, son las continuaciones con alevosía, donde TODAS las tramas se quedan sin resolver, tengas que volver al cine (o al canal de pago) y volver a pagar una entrada. Me siento engañado. Es como alquilar un coche sin ruedas y tener que volver a pagar para disponer de ellas. No me han entregado por lo que he pagado (en pecunio o en tiempo). Y lo peor, es que yo no he exigido nada desde el principio. Esas son las peores traiciones…

Al parecer el director estaba en desacuerdo en este tipo de "trampa", pero tras ver el éxito de películas como Matrix (aparte de la primera, las demás secuelas son horrorosas) con este tipo de final abierto, acabó cambiando de opinión… Mal hecho. Las películas quedan a medio cocer. Es el caso de "La Herencia Valdemar", una película que tras 100 minutos se queda muy, muy coja. No voy a aceptar la muy barata y banal excusa de que es una película producida sin ninguna subvención.

¿De qué va La Herencia Valdemar?

Luisa Llorente (Silvia Abascal), una tasadora de una firma de bienes raíces que se dedica a cotizar inmuebles, ha desaparecido en la mansión Valdemar. Ya anteriormente había desaparecido otro tasador. El presidente Maximilian (Jardiel Poncela) envía esta vez al detective Tramel (Óscar Jaenada) para esclarecer el asunto. Le recibe la doctora Cervía (Ana Risueño), de la fundación Valdemar que le pone al tanto de los primeros propietarios Lázaro y Leonor Valdemar, y aun siendo de intenciones nobles, hicieron un pacto con el diablo.

A excepción de los estupendos Paul Naschy y Paco Maestre, a ningún otro de los actores, uno se los acaba de creer. Toneladas de apatía interpretativa. El mal endémico del cine español… no nos acabamos de creer a los actores / actrices y por ende a los personajes. Se nota (demasiado) que están siendo interpretados con poquísima fortuna.

Espantoso Óscar Jaenada, horrible Daniele Liotti, inexpresiva Laia Marullo… Todos nos entregan un curso acelerado de cómo ir al lavabo y seguir dejando la película puesta.

La película costó hacerla 13.000.000 €, y recaudó menos de un millón. No es ninguna sorpresa.

Lo mejor:

Intentar crear una historia original dentro del mundo de H.P. Lovecraft. Paul Naschy y Paco Maestre. Los efectos especiales a cargo de Reyes Abades. La música a cargo de Arnau Bataller. El detalle / homenaje de la fotografía psíquica del criado interpretado por Naschy con media cara de Hombre Lobo.

Lo peor:

El final abierto, los actores, la poquísima pericia del director (ya sé que es su ópera prima) en la mayoría de los planos.

La escena, donde dos personajes conversan dentro de un tren en marcha y vemos una ventana exterior, es de risa. Peor no se puede hacer, se nota un montón. Sólo falta que aparezca el mismo árbol cada 15 segundos y el correcaminos de fondo. Fatal.

Fallos de concordancia a capón. El exterior de la mansión está nevado (bueno, los arbustos están pintados de blanco) y unas horas después la misma pradera está de un verde que echa para atrás. Por supuesto los actores están vestidos de invierno, pero detalles como el vaho de su aliento brillan por su ausencia. Mal.

Tampoco entiendo la época en la que supuestamente tiene lugar la historia… El detective llega al aeropuerto y vemos un Zeppelin en el cielo y después ¿coge un tren a vapor?

A continuación os dejo la reseña de la segunda parte... 

Valoración final

⭐ de 5 - Flojísima.

Tráiler original en castellano.

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