Cómo se gestiona haber ganado la revolución y cómo hacer un libro para que esto no resulte aburrido. El pozo de la ascensión - Brandon Sanderson.

 

El Pozo de la Ascensión es el segundo libro de la trilogía Nacidos de la Bruma de Brandon Sanderson.

Seguimos en la primera era. Acordaros de que hay dos eras en esta saga, son momentos históricos distintos, la segunda se desarrollará siglos después.

Si la primera parte consistía en derrocar a un villano y cambiar una sociedad opresora, ahora, nuestros héroes, tienen que encargarse de la gestión de esa victoria.

En esto consiste el verdadero reto del escritor, continuar la historia una vez superado el principal objetivo de la misma. Para un conjunto de ladrones sin

su líder, ya que Kelsier muere en el primer libro.

 

Estos tienen ahora que dar de comer a los pobres skaa, organizar una monarquía parlamentaria (democracia, según dice) y salvar a la población del asedio de tres ejércitos sobre Luthadel.

Visto así es un poco rollete, sin embargo está bien llevado por Sanderson.

 

También están sus partes flojas, para mí. Siempre, todo esto, es muy subjetivo.

 

«Veinte mil koloss. Esa sola amenaza lo atemorizaba más que ninguno de los otros dos ejércitos». Cuando leo libros de fantasía suelen aparecer batallas que enfrentan a ejércitos de miles de hombres. Me aburre un poco ya esto de «si este tiene un ejército de 50k hombres y el otro de 40k, entonces, poniendo un ejército de otros 50k entre ambos bloqueará su capacidad de ataque porque están en tablas entre ellos».

Cuando comienzan las macro estrategias de batalla reconozco que desconecto, sigo las líneas de texto sin saber si aquello tiene lógica o no. A mí, particularmente, no me aporta nada. Le reconozco el mérito de tomarse la molestia de que aquello tenga lógica de batalla pero es lo que menos me importa en una historia de estas de capa y espada.

¿A nadie le preocupa que vaya tirando monedas en vez de clavos por ahí?

Sazed se revela en este libro como un personaje verdaderamente troncal. Es el nexo entre todos los personajes sin quererlo. Líder involuntario y verdadero precursor de mantener viva la revolución.

 

Para mí es la identidad oculta de Sanderson en el libro. Como cuando un director se guarda un papelito para interpretar en su propia película. Un cameo literario, vamos. Sanderson, como Sazed, es un predicador. Empeñado en que la religión guíe las vidas de los que tiene alrededor. Sanderson fue predicador en Corea del Sur antes de dedicarse de lleno a la literatura. Sazed es un eunuco, tan desprovisto de sexualidad como los textos de Sanderson, donde apenas se puede insinuar que alguien haya mantenido relaciones eróticas. Sus personajes giran turbados la vista ante un pecho femenino pero no tienen problema en cercenar una pierna o una cabeza.

 

El personaje del Kandra también me parece increíble. Un kandra es un cambiante, asume los huesos de un cadáver y, no solo toma su apariencia sino también su forma de ser. Es el espía perfecto. Personaje con una gran complejidad, la cual se explica muy bien al final de los acontecimientos.

 

Sanderson, pese a que me gusta como escritor, por su estructura y su creación de mundos; tiene una prosa bastante floja. Además, él mismo o la imagen que se proyecta desde sus textos, es como un estereotipo la hipócrita sociedad norteamericana: tiene mejor prensa llevar una arma a la vista que besar a tu pareja en público. Y tal cual se desarrolla la historia. Me cuesta mucho creerme a los personajes que opinan que 700 muertes estuvo bien y luego tienen un comportamiento afectivo tan mojigato.

 

El final, fiel al estilo Sanderson, es épico y muy emotivo. Pero a mí me ha dejado un poco confuso. No he terminado de entender bien la trampa, la manipulación, para que Vin haga lo que hace. Veo tan probable que hubiera pasado una cosa como la contraria.

 

Aún así me parece un gran libro de ⭐⭐⭐⭐⭐