La escalera de los gritos (Agencia Lockwood #1)
Jonathan Stroud se crió leyendo a Enyd Blyton. Para la gente de mi edad (52) no necesita presentación porque creo que todos hemos leído con avidez las series de "Los cinco" o de "Los siete secretos", amén de otros títulos. Bien, pues la novela de Stroud destila esta forma de escribir aventuras para el público infantil y juvenil por todos sus poros. Nos lo hace actual y funciona igual de bien.
De todas formas tenemos en la figura de la protagonista, Lucy Carlyle, el estereotipo tan manido en todas las producciones literarias actuales: muchacha que es presentada como el último mono y termina siendo la pera limonera. Aparte de este burdo cliché que resulta el personaje femenino principal, no me han disgustado los personajes del propio Lockwood y su socio George.
Lockwood resulta un personaje masculino que no destila testosterona. Un líder que escucha a los demás, seguro de sí mismo, con don de gentes, es un tipo que cae bien y no resulta tóxico. Su Sancho Panza particular cumple con la función del personaje rata de biblioteca. Tiene sin embargo dotes suficientes para la acción y no es un simple secundario cómico. Puede que me equivoque, pero preveo un peso decisivo de este en el resto de publicaciones.
¿Quién sabe? Quizá Lockwood tenga un arco de personaje en el que se vuelva más oscuro y muestre alguna vulnerabilidad que lo haga más humano y complejo. Espero lo mismo de la señorita Lucy Carlyle.
La tensión sexual que pueda haber entre los protagonistas resulta tan sutil que no puede ofender a nadie por ahora. No olvidemos que el público objetivo de estos libros tiende más al infantil que al juvenil. Un estrato de edad mucho más joven que obvian este tipo de cuestiones, de momento. Aun así no resultan ñoños y sus actitudes son mucho más adultas y adecuadas a su edad que otros personajes que dan vergüencita ajena (como, por ejemplo, en la saga Mistborn de Sanderson).
A grandes rasgos ¿de qué va esta novela? Lejos de las academias de magia, aquí ya llega todo el mundo enseñado. Los niños y jóvenes tienen la facultad de ver, sentir, oír a los fantasmas en distintas formas y grados. No todo el mundo vale para esto y no todo el mundo lo hace en las mismas formas y grados de percepción.
El mundo adulto está supeditado a estos críos para mantener a raya a los fantasmas que se han convertido en El Problema. La Agencia Lockwood no se deja guiar por un adulto y decide ir por libre. Como agencia un tanto outsider les llega un caso que se ve que les viene grande por todos lados, que cogen a la desesperada para salvar a la agencia de sus deudas y que puede que acabe con sus vidas.
Es una lectura tan confortable como una hamburguesa. En su contexto tiene para mí ⭐⭐⭐⭐. De hecho ya me he hecho con los cuatro volúmenes siguientes que espero zamparme con la misma gustera.
Muchas gracias por esta buena reseña. Parece a priori otra saga más con un argumentario algo ya manido (grupo amigos se enfrentan a una amenaza que les supera, tienen poderes o magia, entre ellos hay atracción, el nexo común es un lugar o escuela...)
ResponderEliminarGracias por la entrada.
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