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Cielo en llamas - Robert Jordan (La rueda del tiempo #5)


 
Cielo en llamas es el libro número 5 de la saga La rueda del tiempo, escrita por Robert Jordan. La primera edición del libro salió en 1993 en EEUU. La obra se divide en un prólogo y 56 capítulos. Una curiosidad es que, en este, no aparece uno de los tres Ta´veren. Siendo uno de los personajes principales, Perrin Aybara no sale en toda la novela.
 
Si tenemos spoilers continuos de películas que se acaban de estrenar, no tengo cargo de conciencia en contar lo que pasa en un libro de hace 30 años.
 
Elaida, la Aes Sedai que se han encargado de que nos caiga antipática desde el principio de la saga, encumbrada como Amyrlin, se nos presenta todo el rato como alguien iracundo y que ha cogido un puesto que le viene tres tallas grande.
 
Nynaeve al'Meara, Elayne Trakand, Thom Merrilin y Juilin Sandar; se dirigen de vuelta a la Torre Blanca, hasta que no las paralizan en un pueblo no se dan cuenta de que la situación de liderazgo ha cambiado en las Aes Sedai y que se ha complicado su estatus al haber estado trabajando en secreto para la anterior Amyrlin, Siuan Sanche. Se unen a una especie de circo ambulante para viajar de incógnito.
 
Rand reune a su ejército de aiel en la ciudad de Rhuidean, esperando que todos los jefes se reunan. Pero los Shaido, uno de los septar (tribus) de los aiel, con Couladin a la cabeza, tiene sitiada la ciudad de Cairhien. Rand se deja llevar por los acontecimientos, quiere imponer la paz con más guerra (¿mentalidad típica de los EEUU o me lo estoy imaginando?)
Batalla contra los Shaido en Cairhien con victoria del Dragón Renacido, Car'a'carn para los aiel.
Sucede una cosa increíble en este tipo de libros 😱: dos personajes tienen relaciones sexuales. No tiremos las campanas al vuelo, nada excitante.
Aparece Lanfear que se ha enterado que Rand (reencarnación de Lews Therin) se ha acostado con otra. «Si no eres mío no eres pa'nadie». Antes de que consiga matar a todo el mundo, porque no sabe si es Egwene o Aviendha, Moraine la arrastra consigo a través de un mortal que se destruye. Se supone a ambas muertas, pero yo, si no veo el cadáver, no me fío. Supongo que aparecerán más adelante en la saga.
 
Los rifirafes entre hombres y mujeres terminan cansando por son infantiles, al menos desde el punto de vista moderno. No me acuerdo cómo era esto en los 90. Pero le doy el mérito de ser pionero en la igualdad de género. Con reservas, que no me salte nadie al cuello. Ya digo que contextualizado en su época.
Que el personaje principal, Rand, la cague de manera estrepitosa porque no puede dañar a una mujer (si fuera un hombre se le puede matar) es de una mojigatería alucinante.
Otro ejemplo. Rand, como Car'a'carn es protegido por las doncellas guerreras. Al final el grupo de mujeres se planta y le tienen que decir: «Oye, majo, que somos guerreras, hemos venido a luchar y morir, no somos adornos». Porque todo el rato, el personaje, las trata de proteger. Que eso se plantee en los años 90 es bastante digno de elogio.
Las relaciones interpersonales entre hombres y mujeres son para dejarlas en estanterías con mucho polvo de libros con lomo de semipiel.
Que Brandon Sanderson se encargara de terminar la saga era la decisión más lógica que podía tomar la viuda de Robert Jordan. Continuamente, al leer sus páginas estoy pensando en que aparecerán personajes de El archivo de las Tormentas. La estructura, el tipo de personajes, la trama; todo se parece increíblemente. Está claro que Sanderson bebe de estas aguas hasta ahogarse.

En fin, es uno de los mejores libros de la serie. No se me ha hecho tan pesado como en otras ocasiones la tortura de seguir leyendo capítulos donde no pasaba nada.
⭐⭐⭐⭐

Comentarios

  1. Gracias por la reseña, pero no creo que me lea nada de este señor (de momento). Por curiosidad, ¿Cuántos libros te lees al mes?

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